Y estas dos percepciones son las que Ford ha conjugado en el SUV más pequeño de la marca, el EcoSport, un modelo que lleva ya varios años en algunos mercados del otro lado del Atlántico y que ahora llega al Europeo para batirse en un segmento de mercado en constante crecimiento y ya poblado de numerosos competidores.

Por diseño, el EcoSport es resultón y dotado de atributos dinámicos capaces de plantar cara, sin complejos, a modelos de probada solidez comercial, pero precisamente por la dura competencia, el pequeño Ford va a necesitar de un empujón de la marca que, por el momento, no está realizando, porque parece estar centrada ahora en lanzamientos de modelos con mayores réditos.

El Ford EcoSport es un desarrollo realizado a partir de la plataforma B de la compañía, la misma utilizada para los modelos Fiesta y B-Max, aunque las cotas del SUV son mayores que las de sus compañeros.

El EcoSport se presenta con 4,24 metros de longitud, que exhiben un frontal poderoso y de línea principal elevada, definida por la línea del capo y los grupos ópticos, ubicados por encima de una generosa calandra.

La silueta, elevada por la arquitectura de carrocería todoterreno, es la parte más convencional del diseño, rematado en la zona trasera con un portón a la vieja usanza, es decir, con la rueda de repuesto colgada, conveniente forrada con una cubierta en el mismo color de la carrocería.

Con estos mimbres estéticos, el EcoSport muestra una presencia sobre el asfalto que no pasa desapercibida. Induce a una pose dinámica consistente, aunque a la hora de la verdad aparezcan respuestas del bastidor que no son tan firmes y sí son una consecuencia natural de su condición de SUV urbano y de una altura de carrocería ciertamente elevada.

Precisamente, la altura libre al suelo, con una cota de 20 centímetros, y los cortos voladizos, facilitan, aún a pesar de una mecánica de transmisión de dos ruedas motrices, una suave utilización fuera del asfalto.

La cabina del Ford EcoSport no deafruda. Los materiales y la calidad de ejecución en el montaje crean una calidad percibida correspondiente a coches superiores, al menos sobre el papel.

El hecho de que la rueda de recambio cuelgue del portón trasero ha permitido un aprovechamiento del espacio que lleva a un maletero aceptable, que no es el más grande del segmento, y un espacio en cabina holgado para cuatro pasajeros. Llevar un quinto viajero debe ser circunstancial.

Al frente del volante del SUV mas pequeño de Ford, el conductor dispone de una posición de dominio del entorno, gracias a la altura de la carrocería y, también, a la regulación de la altura del asiento del conductor y los ajustes de la columna de dirección.

Dentro del vehículo, en el que domina el color negro, los diseñadores se han empleado a fondo para crear soluciones que permitan depositar variados objetos.

En la cabina se cuentan hasta 20 soluciones distintas con esta finalidad, incluidos los espacios para botellas de litro y medio en los bolsillos laterales de las puertas, un cajón extraíble bajo el asiento delantero del copiloto y una guantera refrigerada que puede almacenar hasta seis latas de bebida de 350 mililitros.

El acceso a las plazas delanteras y traseras es cómodo. El conductor se encuentra con un asiento fácil, al que se accede sin necesidad de forzar la cadera para colocarse, que permite una posición ante el volante confortable, con un buen nivel de sujección lateral.

Al volante se dispone de una amplia visibilidad del entorno, favorecida por la altura, lo que le convierte en un buen aliado de la conducción segura en los complicados entornos urbanos.

El conductor se encuentra en un habitáculo resistente, según asegura el fabricante, en el que se han empleado aceros al boro, para evitar la deformación en caso de accidente.

En este caso la versión probada nos ofrece la motorización de gasolina ampliamente premiada, la de tres cilindros EcoBoost con 125 CV de potencia, toda una revolución en la moderna ingeniería de motores. Un `downsizing` radical que está siendo seguido por el resto de los fabricantes.

La puesta en marcha nos descubre, después de prestar atención acústica, un tres cilindros de sonido suave y, lo más importante, sin vibraciones.

No obstante, la característica acústica de un tres cilindros se deja notar en la parte de bajo régimen del motor, para prácticamente desaparecer cuando está en los regímenes normales de funcionamiento.

A los 125 caballos de potencia le acompañan 170 Newton por metro de par motor, que el motor entrega entre las 1.400 y 4.000 revoluciones, por lo que mantenerse en este rango de funcionamiento garantiza aceleración y recuperación, de manera similar a como lo hace un motor diesel, evitando el uso continuado de la transmisión manual de cinco relaciones.

En la oferta motriz del EcoSport, completada con el diesel 1.5 TDCi de 90 caballos, no está disponible la caja de doble embrague ya utilizada por Ford en otro modelos y que se convierte en una perfecta aliada de este motor.

Con un buen uso de la transmisión manual y una conducción normal no se va a pasar de los 7 litros de consumo medio, un rango interesante frente al acoso que está empezando a materializarse contra las motorizaciones diesel, más frugales, pero ahora con poco predicamento oficial tras la consideración de agente cancerígeno realizada por la Organización Mundial de la Salud en 2012.

La conducción del EcoSport es agradable en la utilización diaria. La manera de andar es consistentes en línea recta y es capaz de ritmos de rodadura muy cómodos, con un consumo de carburante muy bajo.

Otra cuestión ya muy distinta es el paso por curvas. Sobre asfalto, la carrocería inclina y esta condición obliga a atemperar los ritmos. La conducción tranquila en los itinerarios de montaña, por ejemplo, es la mejor aliada para evitar los vaivenes de una carrocería es elevada.

Si se quiere forzar el ritmo se va a tener que tirar, especialmente, en pendientes, de la caja de cambios y de ritmos de giro del motor altos, con el consecuente incremento de consumo de gasolina. El 1.0 EcoBoost se caracteriza por un bajo consumo a bajos regímenes y a un tremendo salto de la media cuando se trata de utilizar deportivamente.

Un pie inteligente, capaz de dosificar el gas y de administrar el rango de entrega del par hará de la combinación del EcoSport con este motor de gasolina una buena alianza que debería desaconsejar la compra del diesel, aunque el precio de adquisición de una y otra alternativa es idéntico.

No obstante, el comprador español, casi con toda seguridad, va a decantarse por la opción diesel, sugestionado por la mayoría del mercado, altamente dieselizado. No hemos de olvidar que se intuye un cambio de tendencia hacia carburantes menos nocivos y económicos que el gasóleo.

La conducción fuera del asfalto es también gratificantes. El coche admite más de lo que aparenta, gracias a una buena altura de la carrocería y a los cortos voladizos delantero y trasero, además de a un ajuste de la amortiguación con una gran capacidad de absorción.

Los obstáculos a superar son limitados. La falta de capacidad de tracción a las cuatro ruedas es el principal límite fuera del asfalto, ya que acota el uso a terrenos secos o poco deslizantes.. En cuando a la dificultades de los obstáculos, las limitaciones son obvias.

Para la conducción del EcoSport se dispone de un amplio catálogo de asistentes de seguridad, siendo los principales el control de tracción, el programa estabilidad electrónica (ESP), el ABS, la distribución electrónica de fuerza de frenado y el asistente de frenado de emergencia.

La conectividad es uno de los elementos en los que Ford ha puesto especial énfasis, de modo que el EcoSport es el primero que ha incorporado el sistema que permite controlar las aplicaciones de los smartphones, incluyendo el servicio de música `streaming` de Spotify, aunque por el momento las funciones del Ford SYNC AddpLink sólo están disponible con el sistema operativo de Apple.

Este sistema dispone, además del Ford Help SOS, un sistema que conectará directamente a los ocupantes del vehículo con los operadores de los servicios de emergencia después de un accidente y en el idioma de la región.

El EcoSport es el primero modelo global de Ford que se produce en su totalidad en América del Sur. mercado en el que fue introducido originalmente en 2003. Desde entonces, se han vendido más de 700.000 unidades en la región.

Esta nueva generación fue lanzada en Brasil en septiembre del año pasado y se une al Kuga. Ford añadirá a estos dos la próxima generación Edge, un vehículo más grande y de una categoría superior, ya muy popular en EE.UU. y en otros mercados.

El Ford EcoSport se ofrece en un único acabado, muy completo de equipamiento, con un precio muy competitivo frente a una competencia muy sólida, por otra parte.