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El Exeo es un modelo clave para el desarrollo a corto y largo plazo de Seat. Por un lado, porque supone la entrada de la marca española en el competitivo segmento D del mercado, categoría que es la tercera en importancia del mercado europeo. Además, hasta ahora el cliente de Seat que buscaba un nuevo vehículo más grande, o bien tenía que decantarse por el monovolumen Altea XL o bien cambiar de marca. Con el nuevo Exeo no hay excusas para atraer nuevos clientes y ganar fidelidad en la joven clientela de Seat que, con el paso de los años, busca vehículos que satisfagan otras necesidades.
El nuevo Exeo se ha desarrollado en un tiempo récord desde su planteamiento hasta el día de hoy, prácticamente limitado a adaptar las líneas de producción en la factoría de Seat en Martorell. A nadie se le escapa que el Exeo es un Audi A4 convenientemente puesto al día para, sobre la base de un vehículo más que probado y pulido, producir un auténtico Seat en términos de diseño y dinámica. Y aunque en materia estilísticas debe ser usted, querido lector, el que juzgue, en el apartado dinámico han rozado el sobresaliente. El salto cualitativo en este apartado, como veremos más adelante, ha sido espectacular y todo, si pensamos que base estructural es idéntica.
En diseño las concesiones que ha podido hacer Seat han estado limitadas por la base sobre la que se ha desarrollado el nuevo Exeo, pero aún así el resultado es muy digno. Si pudiésemos borrar de nuestra mente el A4 del que procede, nada indicaría que no estamos ante un modelo totalmente nuevo, por la frescura de sus líneas y sus magníficas proporciones.
El interior, aquí sí, es "clavado" al A4 cabrio por salpicadero, columna central, etc. Quizás los asientos tengan sean los más distintivos. Y esto es lo mejor, puesto que la calidad general es soberbia y a excepción de pequeños detalles, no hay pegas que poner: el tacto del salpicadero en toda su parte media y superior es acolchado, los mandos y botones se accionan con extrema firmeza y sensación de calidad, la consola central está firmemente sujeta al suelo, etc.
Si acaso, la habitabilidad no es todo lo buena que pueden exhibir otros competidores, así como la luminosidad general del habitáculo. Los ocupantes gozarán a cambio de un confort extraordinario por el diseño de los asientos, la perfecta puesta a punto de la suspensión y por un sistema de climatización efectivo.
Una vez en marcha, confirmamos que no se ha perdido ni un ápice de las agradables sensaciones "táctiles" que proporcionan los mejores coches del grupo VAG. El conjunto volante, caja de cambios y pedalier sintonizan con el conductor como un solo elemento y se alían para proporcionar placer en la conducción diaria.
De las seis motorizaciones en que ya está disponible el Exeo, hemos probado la veterana 1.8 litros turboalimentada que rinde para la ocasión unos voluntariosos 150 CV. Se trata de una mecánica de sobra conocida por los entendidos de la materia, que ha pasado por el vano motor de innumerables productos del grupo Volkswagen y que en su última variante ha adoptado una serie de mejoras encaminadas a enrolarlo dentro de la normativa Euro5.
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El conjunto volante, caja de cambios y pedalier sintonizan con el conductor como un solo elemento y se alían para proporcionar placer en la conducción diaria. |
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No es el motor más suave y silencioso de cuantos hayamos probado, pero tampoco desentona en un conjunto en el que la dinámica ha jugado un factor fundamental a la hora de ponerlo a punto. Tiene cierto timbre hueco cuando aceleramos fuerte a bajas vueltas, pero en el resto de situaciones se comporta a las mil maravillas.
El Exeo acelera con esta mecánica hasta los 100 km/h desde parado en 9,3 segundos y alcanza los 217 km/h de velocidad máxima, cifras más que suficientes para el padre de familia típico o la "mamá" más exigente. El consumo es, a tenor de las prestaciones, más que razonable con 7,9 litros a los 100 kms. de media homologada. Eso sí, la cifra de emisiones es la que más evidencia que se trata de un motor con algunos años a su espalda, con 184 gr/km, cifra superior incluso que la de su hermano de gama el afamado 2.0 TFSI de 200 CV (179 gr/km).
Si por calidad de materiales el Exeo nos ha convencido, donde realmente lo han "clavado" ha sido en su comportamiento y dinámica de marcha. Sin perder un ápice de confort, puesto que sortea con desmesura cualquier irregularidad del asfalto, el Exeo es capaz de afrontar la más exigente de las carreteras de montaña con similar agilidad a la mostrada por compactos deportivos de reputada fama, y eso es decir mucho. El nivel de calidad dinámica mostrada por el Exeo tan solo lo podemos comparar con el de un BMW Serie 3, auténtica referencia en este sentido, y quizás con la nueva Clase C de Mercedes-Benz. El resto de competidores nos atrevemos a decir que tienen mucho que aprender de este veterano recién llegado, especialmente "sus jefes" de Audi, sonrojando a los ingenieros de esa marca al eliminar de raíz el comportamiento ligeramente torpón y oscilante del A4 del que procede. ¡Increíble! En ocasiones como ésta es en la que nos damos cuenta de la importancia que cobra una buena puesta a punto, puesto que sin perder confort y sobre una misma base de suspensiones multibrazo en ambos ejes, se consigue un comportamiento sobresaliente.
Al Exeo no le falta de nada en equipamiento desde su versión más económica Reference, con los principales elementos de seguridad ya incluidos como siete airbags (dos más opcionales), doble climatizador, ABS+TCS, ESP con asistente de frenada EBA, etc. Bien de serie u opcionalmente, no quedará un cliente insatisfecho por las posibilidades de dotación de la nueva berlina de Seat.
En definitiva, un vehículo que nos ha dejado un buen sabor de boca por nuestra particular forma de entender el buen hacer de un fabricante, donde la primera dotación de seguridad que puede aportar todo automóvil es hacer gala de un comportamiento dinámico óptimo y que ofrezca confianza. Además, la calidad de realización general es exquisita, aún a pesar de ver cómo aún en el grupo siguen montando -totalmente contracorriente- mandos satélites del volante tan vetustos y arcaicos.
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