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El Retro Cars superó con éxito las dificultades que la última edición disputada de la Subida a Güímar deparó, que no fueron pocas.
En lo deportivo, ni qué decir de la increíble victoria de Enrique Cruz en su regreso ¿esporádico? a la montaña, en una barqueta prestada por los hermanos Afonso para la ocasión y a la que se subió en mismo sábado de la competición. Cruz no pudo ascender en la manga de entrenamientos, por lo que tendría que adaptarse a su nueva montura directamente en la competición contra el crono. Así y todo fue segundo en la primera manga de carrera, a algo menos de dos segundos de Pedro Javier Afonso. Marcó un registro de 2:35.790, un crono que mejoraría en la segunda manga en más de ¡seis segundos!, sirviéndole para anotarse la victoria con un tiempo de 2:29.699.
Enrique se quedó no obstante a dos segundos del tiempo que marcara en 2008 (enlace) y lejos del tiempo de Lauren García de 2009 de 2:25.399. Sin embargo, demostró que quien tuvo, retuvo.
Tras Enrique, los rivales se limitaron a buscar las posiciones del podio, que fueron en este caso para Jonathan Morales (segundo) y Pedro Javier Afonso (tercero). El calor, muy fuerte, provocó algunas situaciones difíciles incluso para los participantes de las barquetas, como el propio Pedro Afonso que tuvo un conato de incendio nada más pasar la meta de la manga de entrenamientos.
En turismos, la historia es difícil de contar… La victoria de Félix Ramón García fue excepcional, por diferentes motivos. En primer lugar, por marcar unos registros espectaculares que le situaron siempre entre los dos primeros. En la manga de entrenamientos, justo por detrás de un rapidísimo también Javier García (Seat León Supercopa); en la primera oficial, marcó el mejor registro propiciado por el accidente del piloto del Supercopa (espectacular, por cierto, pero sin incidentes personales) así como el de Nicolás Mesa (contra otro participantes a poco de dar la salida y tras buscar regresar a línea de meta en plena competición); en la última manga, “Monchi” se quedaba a décimas de Nicolás Mesa (quien conseguía reparar los leves daños de su Ford). Una penalización final aplicada por los Comisarios Deportivos de la prueba sobre Nicolás otorgó merecidamente la victoria al piloto del Alfa Romeo 156.
El podio final de turismos lo completaron Cristo Padilla con el BMW M3, muy aplaudido por la gran cantidad de aficionados presentes, y Octavio Hernández Cañamero (tercero) en una gran carrera. Octavio además sumó el triunfo de grupo N.
La cuarta posición fue para Jonathan García (Renault Mégane), mientras que la quinta fue para Eduardo Quintero. Al piloto del Honda Civic Type R3 se la paraba el motor a unos 200 metros de la meta, lo que le privó de un podio casi asegurado. Una lástima, ya que le veía muy contento tras las ligeras mejoras que le ha aplicado al Honda en las últimas semanas.
El trofeo R-Plus se lo anotó Antonio Ignacio Díaz, segundo Néstor Torres y tercero Adonis Martín, los tres con sendos Volkswagen Golf GTI.
Mucho calor durante toda la jornada que, como dijimos, deparó algunos sustos. Como el retraso que sufrió el arranque de la competición por tener que atender a un aficionado con una lipotimia. De resto, será triste tener que recordar esta competición por el gravísimo error de Nicolás Mesa, alimentado seguramente por aficionados y Guardia Civil. Deberá servir como lección para todos los licenciados, de tal forma que NUNCA, pero NUNCA debe irse en sentido contrario al tramo salvo ir acompañados del coche de dirección de carrera o de seguridad.
Por tal negligencia, Jonathan Reyes no pudo evitar el impacto contra el Ford de Nicolás, aunque afortunadamente los daños fueron menores y ambos pudieron reparar sus vehículos para la última manga de carrera.
Al parecer, Nicolás Mesa fue indicado a detenerse al poco del inicio de su manga por algún efectivo de la Guardia Civil y aficionados, ya que en la zona algún espectador había empezado una pelea personal. Al cabo de unos segundos y tras Nicolás llegar a bajarse del vehículo, se sube de nuevo a él para dar la vuelta y regresar a meta por decisión propia. En el momento en el que cambiaba de sentido, Jonathan Reyes que había tomado la salida treinta segundos antes no pudo evitar el choque contra él.
En definitiva, felicitar el entramado organizativo al que hay que excluir por completo de responsabilidad alguna en este incidente.
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