La fuerte demanda experimentada en mercados clave como China, Suecia y Europa Occidental fue determinante para revertir la pérdida neta de 778 millones (85 millones de euros al cambio actual) registrada en el mismo perÃodo de 2013.
La ganancia operativa fue de 1.210 millones (132 millones de euros), cuando un año antes se habÃa producido una pérdida de 577 millones (63 millones de euros).
Los ingresos entre enero y junio crecieron un 15 por ciento hasta 64.765 millones (7.074 millones de euros):
Volvo Cars vendió 229.013 vehÃculos en el primer semestre, casi un 10 por ciento más.
El presidente y director ejecutivo de Volvo Cars, Håkan Samuelsson, resaltó en un comunicado que el resultado es "sólido y estimulante".
El balance del fabricante sueco llega una semana antes del lanzamiento mundial de los nuevos Volvo XC90, que la compañÃa considera que puede ser un nuevo impulso para la marca.
Volvo espera que las ventas para todo el ejercicio aumenten en cerca de un 10 %, impulsada, por un crecimiento constante en los mercados clave y la mejora de la oferta de productos, según Håkan Samuelsson.
Las ventas de Volvo en China han aumentado un 34,4 % durante el primer semestre del año y la compañÃa espera seguir creciendo con fuerza en el que ahora es su mayor mercado, ayudado por la demanda de nuevos modelos locales como el S60L S80L, asà como una mayor expansión de la red de concesionarios.
Samuelsson ha explicado, además, que la compañÃa está comprometida con el mercado de EEUU, donde un nuevo equipo de gestión está poniendo en marcha en un plan de reactivación para mejorar el rendimiento de la marca sueca.
Volvo ha reforzado, por otra parte, su posición como lÃder del mercado en Suecia, con el aumento de las ventas en la primera mitad del año en un 20,2 %.
En Europa occidental el despliegue de nuevos motores de la clase Drive-E ha impulsado la demanda en mercados importantes como el Reino Unido, Alemania y los PaÃses Bajos. Las ventas totales en la región han aumentado un 8,7 % durante los primeros seis meses de 2014.
Volvo Cars es propiedad de la china Geely, que controla el 51 por ciento de las acciones del fabricante sueco tras comprárselo hace cuatro años a la multinacional estadounidense Ford.
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