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Este sábado día 30 de agosto se celebró un merecido reconocimiento a D. Juan Farizo Martínez de la Peña, presidente del Real Automóvil Club de Tenerife. Tras cinco décadas dedicadas al deporte del motor en las que estado en el centro de esta afición, bien fuera como piloto -aún en activo-, bien como comisario o director de prueba, organizador de aquellos maravillosos y añorados rallys internacionales Isla de Tenerife, bien como organizador de rallys clásicos... tus amigos, de siempre y de ahora, de esta isla y de Gran Canaria, se reunieron con sus coches clásicos y deportivos en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife para darte un cariñoso, afectuoso y sentido agradecimiento.
Muy merecido pues esa máxima suya “lo importante son los coches” le han convertido en un aficionado especial, que siempre ha rehuido del protagonismo mediático, pensando únicamente en dar continuidad a esta afición. A él le debemos el recuerdo de aquellos FIAT 131, Porsche, Lancia 037 y hasta el estruendoso Lancia Delta S4 y más recientemente el resurgir de los clásicos, su gran pasión.
Su increíble vitalidad y energía le volverá a llevar al volante del espectacular Renault 8 Gordini en una prueba deportiva; todos estamos esperando que sea en esta segunda mitad de 2014. Como presidente del RACT permanece involucrado en la organización de pruebas de regularidad, y sigue alerta, preocupado por el rumbo que toma el automovilismo en la isla. Con su experiencia, es un referente y un faro que alerta de los peligros y al que todos deberíamos escuchar.
El acto comenzó a las 10 de la mañana con la llegada de los primeros coches, que esperaron su presencia pasadas las 11. Un colectivo aplauso de los más de 40 equipos presentes emocionó profundamente a D. Juan Farizo, que no entendía -por su humildad- semejante despliegue.
A continuación se completó un recorrido por algunos de los tramos más conocidos por la afición, como fueron Cuesta Las Tablas, Los Loros, El Diablillo y el que fuera subida en cuesta hace algunas décadas, Agua García, cuyo record en mojado mantuvo D. Juan con su Gordini durante muchos años. Finalmente se llegó a Tacoronte, a la Finca Los Perales, donde se le agasajó con un almuerzo y algunos recuerdos del acto, siempre cargado de emotividad.
Hay que agradecer enormemente a la Autoridad Portuaria y a Finca Los Perales su apoyo por la consecución de este acto, así como a todos los que de una forma u otra contribuyeron a él.
Leopoldo Mansito
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