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Así dice el comunicado:
Rodríguez quiere primeramente explicarles con detalles la inutilidad de esta Asamblea, porque la legislación vigente impide que se pueda tomar esa decisión por votación de la FCA, según el informe que presentará ante los 33 asamblearios y que en su momento se puso en conocimiento de la opinión pública y medios informativos.
Pero independientemente de esta parte legal que podría traer consecuencias judiciales y dejar en suspense los acuerdos tomados, Rodríguez quiere demostrar a los que ya no están convencidos, que esta disolución traería consecuencias nefastas para nuestro automovilismo. Y no solamente el de Las Palmas, sino en general de toda Canarias al pasar de cuatro a seis federaciones repartidas por casi todas las islas, si finalmente siguen adelante con la petición de dos nuevas para Lanzarote y Fuerteventura.
Históricamente el automovilismo había funcionado con dos federaciones provinciales en Canarias y que dependían de la Española. Con la entrada en vigor de las nuevas leyes se crea la Regional, que hasta el momento solamente ha tenido un papel administrativo, pues las territoriales de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas han llevado siempre todo el peso ejecutor de nuestro deporte, abarcando sus actividades y deportistas en las islas de cada provincia canaria, con la salvedad de La Palma, que jugaba un papel de “llave” para evitar la supremacía de las otras dos. Todo ello, mientras se está funcionando con el convencimiento de que lo ideal sería aunar esfuerzos de todas las federaciones y potenciar mucho más la FCA.
El presidente de la FALP será claro en su intervención ante los asamblearios, para que no caigan en la “trampa” que se ha preparado contra el automovilismo de Las Palmas y, especialmente, contra la presidencia de José Víctor Rodríguez, pues todo este montaje tiene una apariencia que disfraza los verdaderos objetivos de un sector minoritario para destruir el alto nivel alcanzado por el automovilismo de Las Palmas, no solamente en Gran Canaria, sino también en Lanzarote y Fuerteventura. Argumentos que son más que suficientes para intentar detener esta maniobra.
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