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Durante su ponencia, Claudio Alonso comentó que “vivimos en una ciudad con un futuro prometedor: El tránsito de turistas rompe record por segundo año consecutivo, cerca de 13 millones de visitas internacionales a Canarias, el movimiento de cruceros sigue escalando posiciones, grandes infraestructuras de interés general asoman por las calles de nuestra ciudad y tenemos el orgullo de vivir en una de las comunidades que encabeza el crecimiento económico en España. Todo parece apuntar a que en los próximos años, las calles cobrarán más vida que nunca.
Sin embargo, esta ciudad tiene la misma estructura desde los años 70, una ciudad que no se ha adaptado a sus necesidades presentes y futuras, una ciudad sin planificación. Tenemos el deber y la obligación de resolver las graves problemáticas de movilidad, sostenibilidad y seguridad que se viven a diario en esta ciudad. No basta con aplicar medidas dictadas por el PMUS (Plan de Movilidad Urbana Sostenible) que en de vez buscar la convivencia de los distintos medios de transporte, coartan el poder de decisión de los ciudadanos dirigiéndoles, cual ganado, a elegir el medio de transporte que deber escoger. Forzando mediante sus distintas políticas, a que el conductor privado, que representa el 67% de los transportes en nuestra comunidad, vea el acceso a la ciudad como un suplicio. ¿Qué imagen queremos dar al turista que nos visita cuando tiene que estar mirando el reloj para controlar que no lleve más de 2 horas aparcado en zona azul y abandona la ciudad sin poder disfrutar de sus restaurantes, tiendas o atractivos turísticos?
La ciudad se sigue empobreciendo a favor de las grandes superficies comerciales del extrarradio, como consecuencia de la mala aplicación de los citados planes del PMUS. Sin tomar las medidas acertadas, mal futuro espera. Pero lo peor está por llegar, la crisis ha reducido en un 63% los atascos en las ciudades españolas y aun así la ciudad sigue presentando muchos puntos negros donde el tráfico rodado genera grandes atascos a diario como la rotonda de Torre Las Palmas y buscar aparcamiento en el centro de la ciudad parece imposible, a pesar de haber pintado todas las calles de azul y verde. Se estima que en 2019 las aglomeraciones y el tráfico serán críticos en nuestra ciudad, teniendo un coste de más de 20 millones de euros anuales a los ciudadanos.
Nos arriesgamos a encontrarnos con una ciudad fantasma, una ciudad empobrecida y por tanto inútil, degradada y sin atractivos, comercialmente muerta y con zonas comerciales abiertas en continua decadencia a pesar de la recuperación prevista en sus fantásticas zonas como Mesa y López, Santa Catalina, Alcaravaneras e Istmo.
Es necesario para un asunto tan vital e importante que se unan todos los esfuerzos, colaboraciones, ideas, estudios, proyectos, mesas de trabajo, profesionales, empresarios, asociaciones y ciudadanos en desarrollar una ciudad común”
El acto concluyó con un cóctel para los invitados quienes tuvieron la oportunidad de compartir impresiones acerca de esta interesante ponencia.
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