La empresa, Fuel Cell System Manufacturing, operará en las actuales instalaciones que emplea GM para la fabricación de baterÃas en Brownstown, en el estado de Michigan (EE.UU.).
La inversión total de 85 millones de dólares (79,4 millones de euros) se repartirá al 50 por ciento entre cada fabricante, con la vista puesta en empezar a producir en masa en torno a 2020.
Los dos fabricantes, que ya firmaron un acuerdo de cooperación para el desarrollo de pilas de combustible en 2013, no han detallado de momento el impacto que esta inversión tendrá en sus balances.
Esta alianza pretende situar a ambos fabricantes a la cabeza en tecnologÃa para coches de hidrógeno (los cuales no contaminan, al emitir solo vapor de agua) a través de esta sociedad conjunta o "joint venture" que busca recortar los altos costes de producción de este tipo de baterÃas, asà como reducir su tamaño y mejorar sus prestaciones.
De momento, la costosa producción de este tipo de tecnologÃa -asà como la falta de estaciones hidrogeneras- hace que los dos fabricantes nipones que disponen de coches de hidrógeno en el mercado, Toyota y Honda, estén viendo una evolución muy lenta de sus ventas.
El Clarity de Honda, lanzado el año pasado, apenas ha vendido 100 unidades, mientras que del Mirai de Toyota, estrenado a principios de 2015, se han comercializado unas 2.500.
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