El gigantesco mercado chino, con 24,6 millones de unidades vendidas en 2017 y que seguramente alcanzará los 25 millones este año, hace que los fabricantes internacionales y domésticos se esmeren cada vez más en este salón, que se celebra alternativamente con Shanghái.

El sector está en plena revolución tecnológica con la progresiva implantación de los vehículos eléctricos y el desarrollo de la conducción autónoma, y China es un país líder en ambos campos, con la promoción gubernamental de la electrificación y grandes empresas tecnológicas (como Alibaba, Tencent o Baidu) que se han lanzado al desarrollo de coches que se conducen solos.

Las novedades internacionales de este salón fueron la nueva generación de la berlina Lexus ES, con más potencia eléctrica para su versión híbrida, y la variante sedán del Mercedes Clase A, en principio en exclusiva para el mercado chino.

Además, Volskwagen presentó la nueva generación del Lavida, la variante para China del Jetta, que es uno de sus mayores éxitos en este mercado.

En el capítulo eléctrico, Tesla estuvo presente por primera vez en los pabellones del Centro Internacional de Exhibiciones de Pekín. La marca de Elon Musk es muy popular en China, incluso aunque no ha llegado a cerrarse un acuerdo para construir una fábrica en Shanghái tras más de un año de negociaciones.

BMW presentó el prototipo del iX3, el SUV eléctrico cuya producción está previsto iniciar en 2020 en China para su exportación al resto del mundo.

La china BYD, líder en el sector de los eléctricos, presentó dos nuevas plataformas para sus futuros modelos con este modo de propulsión, así como la nueva generación de su SUV híbrido de gran tamaño Tang, que toma su nombre de una antigua dinastía imperial china.

BAIC destacó con su Lite, un simpático dos plazas urbano y eléctrico que busca rivalizar con el Smart por tamaño en imagen en las congestionadas ciudades chinas.

Buick, una de las marcas de General Motors, presentó el Velite, un nuevo modelo para China en versiones eléctrica o híbrida enchufable, así como el prototipo SUV eléctrico Enspire.

Una nueva empresa china, Qiantu Motor, desveló el concepto del superdeportivo eléctrico K50, que busca competir con Ferrari, Lamborghini o McLaren con tecnología nacional y estética mundial.

Igual que en el resto del mundo, el segmento de moda en China son los SUV, donde todas las marcas han lanzado nuevos modelos en el último año o planean grandes ofensivas para un futuro inmediato, pero con un énfasis en los modelos prémium.

En el grupo VAG, el mayor constructor mundial, Volkswagen trajo su Touareg, que presentó el mes pasado en Pekín a nivel mundial, y Skoda su Kamiq, un vehículo de menor tamaño que el Karoq y que en principio solo se venderá en China.

Daimler presentó el prototipo de un SUV de gran lujo Mercedes-Maybach GLS, que retoma una vez más la marcha de mayor prestigio del grupo, aunque aún no ha desvelado si finalmente llegará a producirlo.

En el segmento de cada vez mayor capacidad adquisitiva y con mayor necesidad de los compradores de distinguirse de los demás conductores, los fabricantes chinos están creado nuevas marcas específicas de SUV premium, a menudo con propulsión eléctrica.

Así, debutaron Jetour (de Chery), Singulato Lab (una empresa nueva), Byton (eléctrico) o el RX8 de Roewe, marca hermana de MG (heredera del histórico escudo británico y parte del grupo chino SAIC), que presentó su prototipo eléctrico X-Motion.

También estaban los SUV de lujo Zotye (en el que participa Ford), Wey (de Great Wall) o Haima (de FAW).

Citroën mostró también un C4 Aircross con un sistema operativo desarrollado por Alibaba (AliOS) que permite el control por voz de distintas funciones o informa sobre ruta, aparcamientos o servicios en las proximidades.

Además, los principales fabricantes mundiales de equipamientos, como Bosch o Visteon, presumieron de los últimos desarrollos tecnológicos, tanto en sensores y radares para conducción autónoma como en pantallas multimedia, instrumentaciones digitales o "head-up display".