Ha superado a Vettel.

Hace un lustro todos entendidos en el mundo de las cuatro ruedas auguraban que Sebastian Vettel sería el primer piloto de las nuevas generaciones en acercarse a los números históricos de Fangio y Schumacher. Corría el 2013 y alemán sumaba su cuarta antorcha consecutiva con Red Bull. Sin embargo, la escudería de las bebidas energéticas se estancó un año después y Vettel asumió el reto de alcanzar al argentino al volante de un Ferrari, pero ese día todavía no ha llegado porque no termina de sacar todo el rendimiento al monoplaza italiano. Y, entre tanto, le ha adelantado por la izquierda a toda velocidad un tal Lewis Hamilton, ya que el inglés solo disponía de una corona en su haber, la de 2008, cuando Vettel ya era tetracampeón en 2013.

Hamilton decidió abandonar la madriguera de McLaren en 2014 para demostrar al mundo que era algo más que el ojito derecho de Ron Dennis. Lejos de las faldas Dennis, ha quedado patente que el expresidente de la escudería de Woking no se equivocaba cuando allá por 2007 le dio plenos poderes en su temporada de ‘rookie’. Acostumbrado a la presión desde niño, Hamilton respondió en la pista y acabó en aquel primer año por delante de Fernando Alonso, su compañero de equipo y piloto del momento al que McLaren había fichado para acabar con el poderío de Ferrari después de los dos trofeos del español con Renault (2005 y 2006).

El equivalente a Márquez en MotoGP y a los Warriors en la NBA.

La vida le ha cambiado radicalmente desde que se convirtiese en la peor pesadilla del asturiano. De hecho, Alonso, más preocupado en cosechar logros fuera del ‘Gran Circo’, ha pasado a ser uno de sus mayores admiradores dentro de la pista profesándose, en la distancia, piropos mutuamente de manera regular. Los dirigidos a Hamilton están más que justificados por todo lo que están consiguiendo y que le puede llevar a ser el más grande de todos los tiempos. No va por mal camino porque ya tiene en su haber cinco campeonatos (2008, 2014, 2015, 2017 y 2018).

Hoy en día Hamilton es a la F1 lo que Marc Márquez a MotoGP o los Golden State Warriors a la NBA. Domina, como ellos, su deporte de manera dictatorial, de ahí apunte a ganar el próximo campeonato como el catalán la cilindrada reina de motociclismo y los Warriors el anillo en 2019. Y es que, si Hamilton suma dos títulos seguidos, Márquez va por tres coronas consecutivas y los Warriors a por el cuarto trofeo en un lustro, por lo que los de Oakland son de largo los favoritos en los mercados a campeón de la NBA de Betway con una cuota de 1,57 (a fecha de 30 de octubre). Si la competencia de Hamilton es Vettel a mucha distancia, la de los Warriors llega por parte de los Boston Celtics que están a 7,00 de salir campeones a fecha de 30 de octubre.

Ve difícil llegar a los siete de Schumacher.


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Hace un año a Hamilton ya se le preguntaba por la posibilidad de igualar algún a Schumacher. En una entrevista a la FIA de la que se hizo eco el diario deportivo AS, el piloto inglés veía muy lejana la posibilidad de alcanzar al ‘Kaiser’, pero lo cierto es que solo un año después de aquellas declaraciones está una corona más cerca del primer peldaño y del alemán. Hamilton ha tardado 11 años en ser pentacampeón, por lo que el tiempo es el mayor hándicap al que se enfrenta al no haber rivales de su envergadura en la parrilla. A sus 33 primaveras no tiene otras diez temporadas al máximo nivel, a lo sumo cinco como llegar a la altura del germano. Por unos años, Hamilton no pudo competir frente a la versión más competitiva de Schumacher, pero tal vez esa lucha con el apellido Schumacher pase a ser con el primogénito del ganador de siete coronas. El propio Hamilton ha bendecido la llegada de Mick Schumacher a la máxima categoría automovilística.

Hamilton forzó, en parte, la retirada de Nico Rosberg, ha empequeñecido la figura de Vettel y no tiene ahora mismo a nadie que le discuta la superioridad que exhibe. En otras palabras, la F1 precisa de un nuevo icono que dé tirón a la competición y ese podría ser el mismo que comparte linaje con el líder de la general histórica. Un posible incordio en el reto de Hamilton de seguir agrandando su figura.