La incertidumbre que reina en todo el paÃs en relación a los brotes de la pandemina y las medidas improvisadas que las diferentes autoridades están tomando, está provocando que la mayorÃa de comité organizadores de competiciones decidan no empezar siquiera con los preparativos de sus pruebas.
El desgaste personal y en cierta medida las inversiones económicas que son necesarias para poner en marcha toda la maquinaria que está relacionada con una competición, pesan mucho en el momento actual. De todo, lo peor es que el mismo dÃa previo a la celebración de la competición te pueden echar por tierra todo el esfuerzo y trabajo realizado. La dependencia de la evolución de los rebrotes es absoluta e imprevisible.
Si bien es la isla de Gran Canaria la más afectada en esta segunda oleada -cuando en la primera de ellas fue Tenerife-, la realidad es que la afección toca a toda la región canaria y nadie está a salvo ni protegido. De hecho, las medidas que podrÃan tomar en unas jornadas las autoridades sanitarias podrÃan llegar a ser colectivas y no selectivas.
La organización del Rallye de Lanzarote comunicará en breve la cancelación de la prueba este 2020, motivada especialmente por los elevados traslados en cuanto a número de deportistas y oficiales que conllevarÃa su celebración.
Estas cancelaciones no serán las últimas de este año, justo cuando se preveÃa que fuera el momento de cierta recuperación de la actividad deportiva y no deja ni meridianamente claro el horizonte de cara al 2021. Con la galopante crisis económica que ya retumba a lo lejos y una cada vez más clara extensión de la "nueva normalidad", está claro que hay que empezar a reformular este deporte y encontrar la vÃa que propicie su celebración.
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