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Pruebas
Prueba comparativa Ford Grand C-Max vs Galaxy.
La compra de un monovolumen de siete asientos siempre es tarea difícil porque son muchos los parámetros a sopesar: gasolina o diésel, compacto o grande, asientos escamoteables o fijos...y así hasta un largo listado.

 Javier Millán - Publicado el 01/abril/16
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Menos mal que el vehículo elegido debe ser con siete asientos porque sino en la decisión también habría que incluir a los SUV que, además de ofrecer parte de la versatilidad de un monovolumen, suman el diseño de moda: carrocería algo más alta y porte musculoso e incluso agresivo para ser el rey de la carretera.

Aunque hay varias marcas que tienen en su gama un SUV para siete personas, esta prueba de contraste se va a centrar en monovolumenes y, para ser más concretos, de la marca Ford.

El primero de ellos es el más grande, el Galaxy, con el acabado más lujoso (Titanium) y el motor diésel más potente, el TDCi Biturbo de 209 CV.

El segundo es el compacto Grand C-Max Titanium con el también nuevo motor 1.5, pero en este caso de la familia de gasolina EcoBoost, que da una potencia de 150 CV.

Mientras que el TDCi va ligado a una caja automática, el EcoBoost viene de serie con una caja manual (la protagonista de esta prueba), que puede sustituirse, previo pago, por otra automática Powershift.

El propulsor diésel es de nueva factura, mientras que el de gasolina es una evolución del 1.6 al que se han reducido las emisiones y el consumo de combustible sin que pierda potencia ni se vea afectado el comportamiento.

Ambos empujan con soltura de los vehículos en los que han sido incorporados, especialmente el Galaxy, que da un registro en la báscula de más de 1.700 kilogramos.

En el caso del Grand C-MAX el propulsor de gasolina se comporta como un diésel y empuja con fuerza desde la zona cercana a las 1.500 rpm.

El consumo en principio es más ventajoso para el Galaxy, al que la marca ha homologado 5,5 l/100 km (en la prueba ha llegado a 7,4 l/100 km), frente a los 6,3 l/100 km de su hermano pequeño y que en la prueba han superado los 8 litros.

En ruidos y vibraciones el Galaxy también se parece a un gasolina, ya que no se deja sentir en el habitáculo.

En este apartado el Galaxy hace valer su tamaño de 4,85 metros, lo que le permite ofrecer siete asientos de "verdad", porque en los de la tercera fila dos adultos pueden hacer trayectos más largos.

Los 4,51 metros del Grand C-MAX se han aprovechado al milímetro, quizá en demasía en el hueco destinado a las piernas del copiloto. La parte baja del salpicadero desciende mucho en esa zona y resta espacio. Si este asiento está ocupado es complicado abrir la guantera para coger algo.

El asiento central de la segunda fila tiene la particularidad de que se puede ocultar en la banqueta del asiento exterior de la derecha. Basta con accionar un tirador que hay en el respaldo y se pliega completamente, con lo que deja un pasillo central muy cómodo para acceder a la tercera fila.

Los dos últimos asientos, que se ocultan en el maletero, con lo que quedan enrasados, son más aptos para menores, aunque para trayectos cortos pueden ser utilizados por personas de 1,80 metros.

El problema es qué hacer con la bandeja cubre equipajes cuando se utilizan todas las plazas. O se pone en el suelo, con el consiguiente peligro de que se pise y se pueda romper, o hay que dejarla en casa.

En el Galaxy las dos butacas del final también van enrasadas, pero son más amplias. Al igual que las tres de la segunda fila se tumban automáticamente desde el maletero apretando su botón correspondiente.

La posición del conductor en los dos casos es muy ergonómica y desde el volante multifunción se accionan o desconectan los mismos asistentes a la conducción.

La calidad de rodadura es muy similar, aunque en el paso por curva se notan más las inercias de la carrocería del Galaxy, más cuadrada y más alta que la del Grand C-MAX, cuyo comportamiento es más parecido al de un automóvil del segmento C. El Galaxy es más sensible a la inclinación lateral de la carrocería.

El sistema de suspensión trasera multibrazo Control Blade hace que el Grand C-MAX tenga una marcha cómoda y una respuesta precisa, al tiempo que filtra muy bien las irregularidades del asfalto.

Tanto el Galaxy como el Grand C-MAX tienen un buen equipo de frenos de discos ventilados delante y sólidos detrás.

En el Galaxy el peso y la aerodinámica se hacen notar en las frenadas bruscas, en las que se perciben los traslados de peso.

El diseño exterior ha ganado con la nueva parrilla de la marca, que en la berlina Ford Mondeo recuerda a la de un Aston Martin. También comparten capó con formas musculosas y con caída hacia delante que, en la vista lateral, ofrece deportividad y dinamismo al estar la zaga en una posición más elevada, especialmente en el Grand C-MAX.

El monovolumen compacto presenta una característica más polivalente que su hermano mayor: las puertas correderas deslizantes. Permiten un acceso más cómodo para niños y personas mayores y, además, facilitan enormemente la colocación de sillas infantiles.

Una pena que no se ofrezca accionamiento eléctrico, ya que para los niños el peso de las puertas les hace complicado el manejo y el cerrarlas desde el interior.

El Galaxy es más "clásico" y apuesta por las puertas con apertura normal para dar más imagen de turismo que de furgoneta.

También apuesta más por un interior de lujo, que en el caso del Grand C-Max tiene un guiño más deportivo, sin renunciar a la calidad.

La conectividad y el entretenimiento también son un punto importante para ambos modelos lo que facilita el poder disfrutar de las aplicaciones de un móvil inteligente una vez que se ha emparejado con el vehículo.

El precio del monovolumen compacto es de 26.400 euros, que, con la campaña comercial vigente cuando se ha escrito esta prueba, se queda en 22.325 euros.

El del Galaxy es más elevado y la tarifa que hay que afrontar para hacerse con una unidad similar es de 46.875 euros, que, tras aplicar los descuentos contemplados por la marca, se quedan en 41.125.

Como las marcas "premium", Ford ofrece un amplio listado de opcionales para hacer a sus vehículos más exclusivos tanto en materia de conectividad, como de seguridad, como de confort.

Tapicería de cuero, asientos y volante con calefacción, parabrisas delantero térmico, techo panorámico (el del Galaxy se puede abrir), portón manos libres, arranque sin llave, suspensión autonivelante (Galaxy), son algunos de los opcionales que ofrece la marca del óvalo.

Por lo tanto, se trata de dos vehículos muy polivalentes que permiten llevar a la familia y algo de equipaje (más en el Galaxy). Lo saneado del presupuesto familiar y el espacio del garaje determinarán una compra u otra, así como la preferencia por la gasolina y el diésel y por caja automática o manual.

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