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Prueba
Prueba Fauro Storm: la eléctrica urbana de altos vuelos.
La electrificación está llegando con fuerza al mundo de las dos ruedas y además, con la fortuna de poder contar con un fabricante canario que ensambla motocicletas de buena calidad y con tres modelos en su cartera. Probamos la variante más prestacional y aspiracional de todas, la Fauro Storm, que viene a competir con las tradicionales 125 c.c.

 Leopoldo Mansito / MotorCanario.com - Publicado el 23/marzo/21
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La prueba se inició en un fin de semana de tiempo lluvioso, lo que no me permitió hacer todos los kilómetros que me había propuesto aunque tampoco impidió que llegara a conocer bien a esta estupenda moto eléctrica montada completamente en la isla de Gran Canaria. Tras una breve explicación de los pormenores que diferencian a la Fauro de un scooter similar con motor de combustión por parte del personal de Arimotor Tenerife en su concesionario de Los Majuelos, me dispuse a empezar a sentir todo lo que esta gran scooter equivalente a una 125 cm3 ofrece.

Esos primeros comentarios fueron del todo necesarios y es que en este tipo de motos- incluso en coches eléctricos- es muy importante saber que la forma en que el motor entrega la potencia puede regularse desde el manillar y evitar la gran aceleración que ofrece cuando lo que requerimos son precisas maniobras para salir de un garaje o circular por sitios estrechos. Como elemento claramente exclusivo de una moto eléctrica figura la función marcha atrás, que mejora la maniobrabilidad.

Los modos de conducción que ofrece se denominan Sport, Limitado y Ciudad. Así, colocando el regulador en la posición del modo Ciudad, pude sacar la preciosa Fauro Storm azul de los talleres de Arimotor. Lo siguiente que comprobé es que el peso se deja sentir en las maniobras cortas, algo a lo que rápidamente me pude acostumbrar. Al tener que salir a la autopista decidí usar el modo Sport para poderme integrar bien en el tráfico; ahí, su peso y su longitud junto con la forma del carenado, hace que circular por autopista sea cómodo y muy silencioso, característica intrínseca a este tipo de propulsión en la que solo el ruido aerodinámico llega a los oídos.

En este modo Sport su comportamiento es muy destacable, pese a tener una velocidad limitada a 110 km/h es capaz de enfrentarse a la rampa de la autopista TF-5 entre Santa Cruz y La Laguna con mucha fuerza. Gracias al enorme par (no declarado por el fabricante) se enfrenta a las cuestas sin problemas y de nuevo el peso, longitud y carenado se muestran determinantes para dotar de aplomo incluso con las rachas de viento que acostumbran a acompañar en el trayecto realizado. Muy cómoda y segura me pareció en este sentido la Fauro Storm.

Hecho ya a la maniobrabilidad de la Storm, empezó la prueba en su medio preferido, la ciudad. Aquí síi se hace necesario jugar con los modos de entrega de potencia para conseguir una conducción cómoda y segura. La posición natural ha de ser la 2, con la velocidad limitada a 90 km/h, pues la entrega de potencia es suficiente para desenvolverse con soltura entre el tráfico, porque el modo ciudad es demasiado suave para procurar salidas veloces, siendo más adecuado para mantener la velocidad una vez se ha iniciado la marcha, al menos cuando la calle no es bajada. En este modo la entrega llega a ser tan suave que la moto no es capaz de afrontar desde parado la salida de una rampa de garaje relativamente pronunciada.

Como digo, en las calles en bajada sí permite iniciar la marcha con comodidad siempre que necesitemos hacer alardes de vigor. El modo Sport, con una entrega de potencia mas intensa, se puede usar al arrancar en un semáforo si se está el primero, pero no es adecuado para maniobrar entre coches o aparcado, porque un ligero giro en el acelerador nos impulsa inmediatamente unos cuantos metros. Con este modo, se siente una fuerza muy superior a lo que se espera en un scooter de 125 cm3 a los que fácilmente se deja atrás, pues la aceleración no solo es inmediata sino también muy enérgica gracias a una característica propia de los motores eléctricos, como es su par constante en todo el régimen de giro.
Como he dicho, una conducción relajada y cómoda requiere usar el modo Limitado pues aún con su velocidad máxima limitada, se mueve con mucha soltura y no requiere tanta concentración en el uso del acelerador. Otra característica a la que se debe acostumbrar el conductor es que al más mínimo roce con alguna de las manetas de freno, el motor se desactiva y deja de acelerar, lo que requiere un cierto tiempo de acomodo.

En cuanto al consumo, la unidad que me cedieron era un poco especial, pues a demanda de un cliente potencial estaba dotada con dos baterías que juntas sumaban la misma capacidad que trae la moto de serie, por lo que no pude valorar adecuadamente su autonomía. Aunque es verdad que acostumbrado a quemar gasolina uno siempre está más atento a lo que el cuadro indica sobre el consumo. Se echa de menos un poco más de información a este respecto, porque con un sistema de rayitas que van desapareciendo cada poco uno no puede llegar a saber cuántos kilómetros le quedan por recorrer ni tampoco la eficiencia de la conducción, pero que una vez sumes los kilómetros necesarios será un mal menor.

Esta Fauro Storm no cuenta con frenada regenerativa que le permite recargar la batería cuando no se está acelerando, una opción que seguramente esté disponible a corto plazo porque en orografías como la canaria puede ser especialmente útil.

Una de las ventajas que ofrece esta moto eléctrica es el silencio de rodadura, un detalle muy a tener en cuenta en entornos urbanos y peatonales, pero que contribuye de forma notable a hacer de la ciudad un entorno mucho más amigable y respetuoso en general ¡ojo con los peatones!

En cuanto a la carga, esta se puede realizar de forma sencilla en cualquiera de los puntos de recargas que ya empiezan a abundar en la ciudad o enchufándola a un sencillo enchufe de 16A que tengamos en el garaje pues la moto viene equipada con su propio cable con terminación Schuko.

El placer de rodar con esta moto es muy elevado, hacerlo en absoluto silencio solo perturbado por el rumor del aire alrededor del casco, con mucha alegría y estando seguros de llevar una frenada también muy potente y fácilmente controlable y dosificable, lo cual eleva las sensaciones puras mucho más allá de lo que se alcanza con una térmica. Al entregarla de nuevo en Arimotor me quedé con las ganas de seguir rodando con ella, lo que es una señal inequívoca de lo que me gustó esta Fauro Storm.

En resumen, la Storm es un excelente producto para aquellos que quieran unir la movilidad que ofrecen las motos, la economía asociada a los motores eléctricos, la sencillez de uso y el desplazarse de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

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