Los faros del primer Insignia ofrecÃan hasta nueve configuraciones automáticas distintas, dependiendo de factores como la velocidad, el ángulo del volante o las condiciones meteorológicas. El sistema ajustaba el haz de luz para adaptarse, por ejemplo, a la conducción en autopista, en ciudad, en curvas o con lluvia intensa. El avance, en aquel momento, no era menor. Aun asÃ, el sistema tenÃa sus lÃmites. El consumo eléctrico era alto, el mantenimiento más caro que el de una bombilla convencional y, con el tiempo, la evolución natural apuntaba hacia soluciones más eficientes.
De los primeros LED al control absoluto del haz de luz
En 2017, con la segunda generación del Insignia, Opel dejó atrás el xenón para dar paso a los faros IntelliLux LED, formados por 32 diodos LED por unidad. Lo interesante de esta tecnologÃa es que cada uno podÃa encenderse o apagarse de forma independiente. Esto permitÃa, por ejemplo, circular con las largas activadas sin molestar a otros conductores, ya que el propio sistema oscurecÃa de forma selectiva las zonas donde detectaba tráfico.
El salto respecto al sistema anterior era evidente. Los faros LED consumÃan menos, iluminaban mejor —con una luz más cercana al tono natural— y respondÃan más rápido. La conducción nocturna ganaba en claridad y en comodidad y el sistema funcionaba con una fluidez que se notaba incluso en trayectos urbanos. No era necesario esperar a que las luces se ajustaran: el cambio era casi instantáneo.
La era del pÃxel en carretera
En 2020, la última versión del Opel Insignia introdujo faros IntelliLux LED Pixel Light con 168 segmentos LED por faro, un número que multiplica por más de cinco la cifra de la generación anterior. Cada uno de esos 168 puntos puede activarse o desactivarse en milisegundos. La idea de Opel con este sistema era que el conductor viera lo máximo posible sin molestar a nadie. Y lo cierto es que el resultado es muy cercano a esa intención.
La solución empleada por la firma permite al sistema dibujar una iluminación perfectamente adaptada al entorno, con sombras activas que protegen a peatones o vehÃculos que circulan en sentido contrario, mientras que el resto de la vÃa permanece iluminado con intensidad. Esa respuesta milimétrica mejora la visibilidad en carreteras mal iluminadas, en curvas o en zonas con tráfico irregular. Pero eso no es todo.
Según datos internos de la marca, el uso de estos sistemas ha contribuido a reducir los accidentes nocturnos relacionados con la visibilidad, tanto en vÃas rápidas como en carreteras secundarias. Al evitar el deslumbramiento de otros conductores, se mejora la convivencia en carretera y se reduce la fatiga visual de todos los usuarios, con todo lo que ello conlleva.
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