Candelaria Chávez participará con un Ford A de 1931 para homenajear a su padre, destacado piloto güimarero, Emilio Chávez.
Tras catorce ediciones de la Clásica Aguere, el Real Automóvil Club de Tenerife (RACT) lanza una nueva cita alternativa en el calendario del motor clásico: la Clásica de Verano, que tendrá carácter anual e itinerante. En esta primera edición, el municipio de GüÃmar será el escenario elegido para esta nueva prueba.
El rally conservará el espÃritu de la ya extinta Clásica Aguere, con un formato accesible y cercano: verificaciones técnicas el viernes por la tarde (de 16 a 20 horas) y recorrido el sábado por la mañana. La salida será desde la plaza de San Pedro, con parada intermedia en El Puertito de GüÃmar, paso por La Hidalga (Arafo) y plaza de San Isidro (El Rosario) y finalización en la Finca Salamanca, donde tendrán lugar el almuerzo y la entrega de trofeos sobre las dos de la tarde.
Según informa Leopoldo Mansito, director de carreras del RACT, el rutómetro será sencillo, con una única etapa de unos 130 kilómetros y evocará tramos históricos del automovilismo en el Valle de GüÃmar, una comarca con una gran tradición y afición por las cuatro ruedas. Destaca Mansito la variedad de modelos inscritos: "Volvemos a tener unas cifras espectaculares: 21 marcas y 42 modelos diferentes. De nuevo, Triumph es la mas presente, pero destacan los cuatro Ferrari y sorprendentemente, en esta ocasión, un solo Jaguar".
Candelaria Chávez con un Ford de 1931
Dentro de los inscritos destaca la participación, aunque no termine toda la prueba, del Ford A 400 de 1931 de Candelaria Chávez y su madre, Margarita Coello Batista, habituales en el paseo de Coches Antiguos del Carnaval de Santa Cruz. "Conocer que este año se celebrarÃa la primera edición de la Clásica de Verano, Trofeo Ciudad de GüÃmar, me trasladó de inmediato al recuerdo de mi padre, Emilio Chávez Coello, y a su legado automovilÃstico", comenta Candelaria.
"Aunque nunca antes habÃa participado en un rally de esta modalidad, salvo aquellos que mi padre organizaba patrocinados por BP, como el Rally de Primavera, cuando yo era solo una niña, decidà dar el paso y aventurarme a inscribirme. Lo hice animada por los compañeros y amigos del Club de Automóviles Antiguos de Tenerife, con quienes comparto esta pasión heredada, y por el profundo deseo de rendir homenaje a ese legado que me dejó mi padre como piloto. Él participó en distintas carreras a lo largo del archipiélago en los años 60, y especialmente en GüÃmar, su ciudad natal, donde tuvo lugar la Subida al Mirador de GüÃmar, prueba en cuyo aniversario también participé como copiloto a bordo de un Austin Seven Nippy Sport de 1933", relata.
"Quiero recordar igualmente a mi tÃo, Juan Chávez Coello, otro apasionado del motor que compartió muchas de esas batallas de carretera junto a su querido hermano, siguiendo ambos el legado que les transmitió su padre, mi abuelo, Juan Chávez Cejas", continúa Candelaria, que finaliza recordando que "aunque mi participación es simbólica y sin afán competitivo, el simple hecho de situarme en la lÃnea de salida me llena de emoción y gratitud. Lo hago por su memoria, por su amor al automovilismo, y por enseñarme a amar cada curva, cada motor y cada instante en la carretera... en la ciudad que lo vio nacer".
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