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En la presentación del modelo a la prensa se ha destacado que es un coche hecho en España (Made in Spain, en inglés), que se monta en la fábrica de Palencia y que se exportará a 38 países.

El 81 % de los motores que incorpora el Mégane Sport Tourer se producen en la planta de propulsores de Valladolid y el 84 % de las cajas de cambio en la de Sevilla.

La versión break del compacto Mégane se pone a la venta con motores gasolina TCe de 100, 130 y 205 CV; y con propulsores diésel dCi de 90, 110, 130 y 165 CV (llegará a mediados de 2017).

La caja automática EDC es de serie en las versiones más altas de gasolina (con siete relaciones) y diésel (de seis), que también llevan de serie el sistema 4Control, que hace que las ruedas traseras giren en sentido contrario: a baja velocidad para facilitar las maniobras y por encima de 80 km/h para darle mayor estabilidad al vehículo en curva.

La caja EDC se puede equipar de forma opcional con los propulsores TCe de 130 CV y dCi de 110 CV (en ambos casos con la terminación Zen).

Preguntados si piensan ofrecerla en acabados más bajos han respondido que los clientes de Renault que piden la caja automática (entre el 10 y 15 % del total) lo suelen hacer con los equipamientos más altos.

Para mediados de 2017 Renault ampliará la gama del Mégane Sport Tourer con la versión Hybrid Assist, que actúa como el KERS de la Fórmula Uno y proporciona más fuerza al motor en la zona baja del cuenta revoluciones.

Renault, que no da previsiones de ventas de sus modelos, es optimista respecto a las ventas que tendrá el Sport Tourer, que va destinado a una clienta que mayoritariamente -al igual que en el resto de marcas- es de hombres, de unos 44 años, con un 1 hijo o ninguno, de nivel socioeconómico medio-alto, que provienen del segmento de las berlinas y que buscan, por este orden: diseño, precio e imagen.

Es por ello que el Mégane Sport Tourer (del que de las tres generaciones anteriores se han vendido 70.000 unidades en España) presenta una imagen lateral en forma de L que le da mayor dinamismo y un mayor ancho de batalla (hasta los 2,71 metros, 4 centímetros más).

En el frontal destaca la nueva firma lumínica y el logo vertical más grande; mientras que en la trasera la firma de los faros en forma de C es lo más característico.

El interior es ergonómico, con todo al alcance de la mano y con espacio para dejar las cosas, especialmente en el maletero que tiene una capacidad de 580 litros, que con los asientos (en proporción 60:40) traseros abatidos aumenta a 1.695 litros.

El Mégane Sport Tourer es 27 centímetros más largo que la versión berlina (mide 4,626 metros) y un centímetro más alto (1,457 metros). En comparación con el Sport Tourer de tercera generación es 6 centímetros más largo y 6 centímetros más bajo para darle este toque deportivo que busca la clienta de break en España.

Todo ello redunda en una mayor habitabilidad en el interior (el espacio para las rodillas es de 216 milímetros). El respaldo de los asientos traseros se puede reclinar en un ángulo de 27 grados, frente a los 25 del modelo anterior.

Las versiones GT se distinguen del resto por las llantas de 18 pulgadas, los toques azules en el interior, el 4Control, el RS Drive, el Launch control (que permite lanzar al vehículo con la caja automática y pisando el acelerador y el freno a la vez, para luego soltar el segundo) y el Multi change down (si se llega pasado de velocidad a una curva al apretar la leva izquierda con insistencia el sistema reduce con mayor rapidez las marchas).

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